El viernes día 11 de diciembre alumnos de 3º A, B y C de ESO
salieron del IES Goya para realizar un interesante recorrido por Zaragoza e
imaginar así cómo pudo ser nuestra ciudad en tiempos de La Celestina.
Durante el paseo, de unas dos horas de duración,
Calisto, Melibea, Celestina, Pármeno, Sempronio, Elicia, Areúsa y Lucrecia
parecían acompañarnos y cobrar vida por medio de la lectura, en determinados
lugares del recorrido, de una acertada selección de fragmentos de la tragicomedia.
La
actividad comenzó en la plaza de San Felipe. El Torreón Fortea con su magnífico
alero nos permitió recrear las viviendas de Calisto y Melibea. Allí nuestros
guías nos recordaron que si Calisto pudo acudir puntualmente a sus citas, quizá
se debiese a un reloj semejante al de la desaparecida Torre Nueva, puesto que
en aquel momento el tiempo comenzaba a medirse ya de un nuevo modo en las
ciudades.
Descubrir
y observar los relieves zodiacales del patio interior del palacio que alberga
el Museo Pablo Gargallo (Palacio de los condes de Argillo) y los monstruos de
la fachada de la Iglesia de Santa Isabel en la Plaza del Justicia no puso en
contacto con el mundo de lo maravilloso, lo sobrenatural, la magia o el lado
oscuro que representa la hechicera Celestina.
Junto al
memorial de Juan de Lanuza, donde antes estuvo la Puerta de Toledo, pudimos
imaginar cómo Pármeno y Sempronio, criados de Calisto, fueron ajusticiados cerca
del antiguo mercado, lugar público y bien transitado, para que su castigo fuese
ejemplar. Y así, poco a poco y de un modo ameno, todo el mundo social de La Celestina fue desfilando ante
nosotros.
También nos hablaron de las mujeres que no
disponían de dote: de las criadas, como Lucrecia, y de las otras, las que
vestían “picos pardos” y residían en barrios muy concretos de la ciudad. Y
entramos en el templo. En el Pilar, cuyo retablo renacentista de Damián Forment
nos ofrece otro modelo de mujer, inalcanzable e ideal, pues fue concebida sin
mancha. Pero junto a ella, en la Pasión, se encuentra María Magdalena, la
pecadora arrepentida. El paseo concluyo en el interior de otro palacio:
Montemuzo.
Un
itinerario bien hilvanado que agradecemos al ayuntamiento de Zaragoza y que
acercó a nuestros alumnos una de las obras cumbre de la literatura española.
Marisa Mateo y Marta Lapuente, profesoras del Departamento de Lengua y Literatura.