El pasado mes de febrero un grupo de alumnos de 3º de la ESO junto a dos profesores del IES Goya fuimos de intercambio a Alemania, a la ciudad de Bremen. Pasamos unos estupendos diez días, solo algo ensombrecidos por las gélidas temperaturas de las que gozaba Alemania en esos momentos y que algunos días llegaban a alcanzar los -16ºC o -17 ºC, pero que sirvieron también para que los chavales pudieran disfrutar del invernal clima Alemán y sus modalidades deportivas como el patinaje sobre hielo y además conocer de cerca el tan temido frio germano.
Desde Bremen se realizaron dos excursiones visitando las ciudades de Hamburgo y de Bremerhafen, donde los chicos pudieron visitar algunos monumentos además de los canales y la Binnenalster (la playa de Hamburgo) totalmente helados.
En la ciudad de Bremerhafen se realizaron dos visitas: una al Klimahaus, una maravillosa visita a las distintas zonas climáticas que existen en nuestro planeta, además de recibir al acabar la visita una serie de consejos para que nosotros mismos contribuyamos a mejorar la ecología del Planeta que habitamos, mediante el ahorro energético. Y la segunda vista al Auswandererhaus, un estupendo museo en el que se nos cuenta que Bremerhafen fue una de las ciudades portuarias desde donde mas gente emigró a los Estados Unidos, unos siete millones de personas, nada menos, partieron de dicho puerto hacia el nuevo mundo a principios del siglo XIX.
La estancia mas larga fue por supuesto en Bremen, la conocida ciudad de los cuatro músicos, que también brilla con luz propia y es preciosa por sus monumentos y su riqueza histórica y sobre todo cómoda para los chicos, a la hora de desplazarse ya que enseguida se pueden manejar con facilidad, gracias al tranvía y a que su extensión no es demasiado exagerada.
En dicha ciudad se pudieron ver los monumentos de los músicos de Bremen, el ayuntamiento, el casco antiguo de la ciudad, con su barrio de artesanos, más conocido como “Schnorr”, la catedral, el foso que demarcaba la antigua ciudad medieval, etc.
El intercambio concluyó con la sabida eterna despedida de los chavales y sus compañeros de intercambio alemanes en el aeropuerto de Bremen y la llegada a Barcelona y Zaragoza a una prudencial hora de la noche.
Creo que a todos nos quedo un muy buen sabor de boca tanto por la estancia, como por el viaje que disfrutamos y desde luego, como no, de la convivencia que a los profesores y a los alumnos nos permite conocernos y tratarnos como personas fuera del ámbito académico y que es también sin que debamos olvidarlo un aprendizaje mutuo que a todos nos permite enriquecernos personalmente.
Francisco José Jiménez Bordetas , profesor de alemán de la Sección Bilingüe del Goya.