A las siete menos cuarto de la mañana del viernes 4 de
noviembre salimos en dirección a Atapuerca. Era una actividad que llevábamos
tiempo pensando en el departamento de Filosofía. Queríamos que el alumnado
tuviera la oportunidad de conocer un yacimiento único en Europa. Cuando
hablamos de las maravillas hechas por el ser humano nos asombramos de la
belleza que podemos llegar a crear. En este caso vamos a viajar en el tiempo.
No las 3 horas y 15 minutos para llegar a Atapuerca. Viajamos 800000 años al
pasado.
El amanecer nos pilló en carretera. Lluvia y frío al llegar
al yacimiento. Nos recibe David. Va a ser nuestro primer guía.
Nos acompaña por unas recreaciones que se han hecho en el exterior del centro de interpretación. Aprendemos a tallar sílex, a hacer fuego, a cazar con lanzas, flechas y venablos. Muy entretenida la experiencia, didáctica y con la compañía de un guía muy gracioso.
Nos acompaña por unas recreaciones que se han hecho en el exterior del centro de interpretación. Aprendemos a tallar sílex, a hacer fuego, a cazar con lanzas, flechas y venablos. Muy entretenida la experiencia, didáctica y con la compañía de un guía muy gracioso.
Tras el frío que hemos pasado, nos comemos nuestros bocadillos y vamos con Rosana, nuestra nueva guía, a ver las cuevas donde se han hallado los restos fósiles que han revolucionado el mundo de la arqueología mundial con la nueva especie, el homo Antecessor.
Una vez allí nos explica como salió a la luz tal cantidad de
restos. La trinchera del ferrocarril (el camino por donde debía transcurrir el
tren) sirvió para facilitar el acceso a numerosas cavernas. Y en estas se
descubrieron restos fósiles extraordinariamente antiguos.
Con los fósiles recogidos (siguen haciéndolo) empieza la
reconstrucción de una forma de vida. Y nos habla de cómo vivían y morían. De
cómo luchaban por sobrevivir entre tanto depredador y peligro.
Impresionados nos despedimos de esta también estupenda guía
y nos vamos hacia la preciosa ciudad de Burgos. Llegamos a las 15 horas y
tenemos tiempo hasta las 16,15 horas de dar una vuelta por la ciudad, un poco
deslucida por la lluvia.
A las 16,30 horas empieza la visita al Museo de la
Evolución. Un museo extraordinariamente grande dedicado por entero a este
menester. Imprescindible visitarlo si tienes interés en la evolución. Vemos
reconstrucciones de humanos de diferentes épocas, recreaciones de las
conexiones cerebrales… en resumen, increíble.
Subimos a las 18,30 horas al autobús. Cansados pero contentos
de haber aprovechado tanto el día. El viaje, con parada incluída para estirar
las piernas, se hace un poco más ameno con las canciones (continuas) del
alumnado. Nos despedimos en la puerta del IES Goya a las 22,00 horas.
Carlos Iriarte, profesor del Dpto de Filosofía.